“ Supongamos que regreso… ”

Jorgenrique Adoum

Su biografía

Ecuatoriano, nació («de eso no hay duda», dice) en 1926. Hizo buena parte de su secundaria en las aulas de un establecimiento jesuita gracias a las cuales se volvió ateo y antifalangista, y la terminó en un colegio fiscal donde «encontrar el marxismo y el psicoanálisis fue como haber adquirido las dos llaves que abrían las puertas del mundo». Terminó sus estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Chile. («Siempre he dicho que casi todo lo poco bueno que soy y tengo se lo debo a Chile»). En Santiago, Pablo Neruda le preguntó si quería «hacerle de secretario” y cumpliendo esas funciones, en su casa conoció, entre otros escritores, a Rafael Alberti, Nicolás Guillén, Miguel Ángel Asturias. Con Neruda mantuvo «una amistad invariable e intermitente que duró de 1945 a 1971, año en que lo despedí, sin saber que no volvería a verlo, en París». En octubre de 1947 se enteró, por casualidad, de que la policía registraba su habitación y lo buscaba.

Supe que las autoridades chilenas nada tenían contra mí: era «mi» embajador quien, aprovechando la situación política interna, había pedido al Ministerio del Interior que expulsara a algunos estudiantes ecuatorianos que nos habíamos opuesto, dos años atrás…

Dijeron de él...

A veces soy feliz, pero amanece...

 – Jorgenrique Adoum –

Documental "Jorgenrique"

Guión y dirección: Pocho Álvarez W.
Diálogo y entrevista: Alejandra Adoum
Producción ejecutiva: Alexandra Bonilla
Dirección de fotografía: Juan Diego Pérez A.
Música original: Nelson García
Producción: Ana Cristina Cruz, Diana Amores
Duración: 115′ / Fecha: 2010

SInopsis

A comienzos del año 2007, en los meses de febrero, marzo y abril, dos alientos sustantivos enraizados en los afectos y los conocimientos más profundos respecto de sí mismos fueron juntando recuerdos, vivencias y confidencias, para hacer un repaso del tiempo que les correspondió vivir. Padre e hija, escritor y poeta, lectora y sentimiento, Jorgenrique y Aljandra Adoum, atados a una misma patria, aun mismo tronco, a sus raíces de cielo y tierra y al mágico encanto del color y la gestualidad de la palabra, revisaron el tiempo de sus vidas. Con los libros por delante, las páginas de la existencia y el saber se fueron trasvasando hacia nosotros. Los calendarios, días, horas, los recuerdos mutuos y Las vidas comunicantes, se acunaron en la memoria de las cámaras como el tiempo del encuentro, el tiempo de la alquimia tierna y sabia de dos voces necesarias. Así, la amalgama de palabras alimento, los afectos semilla madurados por la luz del sol y de la luna dieron cuerpo a esta aventura documental, “Jorgenrique“.

todo ha sido tan súbito tan corto
que aún me sobra amor y no sé dónde ponerlo

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